Harry Lester fue uno de los grandes ventrílocuos de principios del siglo XX. El Gran Lester no solamente hablaba con varias voces sino que hacía que el muñeco hablase mientras él bebía un vaso de agua. Esto creó la leyenda urbana de que sus muñecos, y en concreto el muñeco Frank Byron Jr., debían tener algún espíritu dentro porque era imposible que fuera real, beber y generar una voz al mismo tiempo.
Durante las representaciones incluía elementos novedosos para la época, el muñeco se paseaba por el medio del público, interactuaba, parecía que caminaba solo, hablaba con las señoras... hasta que generó la muerte de tres de ellas durante una representación en circunstancias extrañas. El teatro se quedó vacío y las mujeres permanecieron en sus asientos, sin vida.
La policía dictó que fue asesinato y el único que se había acercado a ellas había sido el muñeco Frank, por lo que fue nombrado culpable e incluso se le abrió una ficha policial por la muerte de las tres señoras.
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